5 poemas retorcidos o (torcidos) de mi mente

Omar Fernando Mejía Agüero
2 min readMar 18, 2021

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Nota: Si no los entiende o no cumplen con la estructura no se preocupe, esa era la intención.

Una noche extraña.

Con las pestañas rotas salté al vacío

La piel quemada por el sol, el cuerpo inerte en el desierto

Las sombras llegaban por todas las direcciones

Soñé que me iba y no regresaba. ¿Soñaba?

Mis ojos miraban al interior. Había una guerra, la guerra.

Cansado, me intenté quedar dormido

Me escuché, regresé, apagué la luz de mi cabeza

No hay peor voz que la nuestra llorando. El silencio la delata

Cannibals

¡Que noche la que hemos pasado! Dos tipos nos seguían

¡Ay! Pero es que no esperaban esas sorpresas. Que emoción, ahora tenemos cena

¿Por qué los dejamos vivos? Se pueden escapar

Simple, cuando querés una naranja no cortas el árbol, solo bajas las frutas

En el cuarto escondido, los llantos no son escuchado por alguien

Dos personas encadenadas del cuello, intentando arrastrarse hasta la puerta cerrada

La llave está pegada a la puerta. Se levantarian pero no pueden

No tienen piernas, se están cocinando.

Confusión

¿Te gustaría ver unas fotos?

Me abrí el pecho, para saber qué pasaba

Es extraño, vi mis órganos moverse

¿Cómo me los imaginaba? Pues, como en las películas

No encontré lo que buscaba. Ahí no están los problemas.

Busqué más arriba pero no me podría quitar los ojos

Ahora, tampoco puedo cerrarme. Traigo un charco de sangre

He dejado rastro. Tal vez, eso era lo que buscaba

Piano rojo

El frío cañón de un arma apuntaba sobre su cabeza

Había música interpreta por él, en su piano

Lloraba mientras toca el fino instrumento

Sus dedos no paraban de sangrar

¡Vaya paradoja! Un músico llorando por tocar un instrumento

El pianista temblaba, su cara no podía hacer más gestos de dolor

Las 10 espinas incrustadas en sus dedos ya habían tocado el hueso

Silencio en la sala que el disparo va a comenzar.

Mi 2020

Quisiera que me venden los ojos.

Que me construyan un muro alrededor

Que solo entre la lluvia, el viento.

Que las imágenes se congelen, se nublen

No importa si escucho la muerte pasar.

Sé que va a pasar

No importa si escucho los gritos

No me quiero mover, ni ver

La indiferencia es una espada sin filo

Un cuerpo que olvidó y olvidaron

Una señal de una batalla perdida

Una caja de pandora vacía

El muro se fracturó cuando me quité la venda

Los pedazos cayeron, miré por ellos

Los muertos se asomaron por las grietas

Pero no eran muertos, eran espejos.

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